Elena vive en una sociedad hecha por y para los hombres. No es fácil ser mujer y obrera en una ciudad tan conservadora como la Vitoria de 1976, especialmente si tienes inquietudes políticas. Sin embargo, ella está dispuesta a defender sus ideas y a involucrarse en el movimiento huelguístico y asambleario aunque eso suponga arriesgar su libertad e incluso su vida. Su hija Indar, en cambio, sobrevive en un presente desideologizado y precario mientras trata de averiguar quién fue su madre, a la que apenas conoció. Sus historias se entremezclan en un diálogo intergeneracional sobre la lucha de clases y el papel de las mujeres en la transformación social.