Contar historias es parte esencial de la cultura humana. Es, además, un arte que requiere paciencia, dedicación y destreza narrativa.
En mi caso es, además, un estilo de vida, un oficio vocacional. Es el filtro que me ayuda a entender la realidad, a situarme en el mundo, a tomar perspectiva. Y es también una maravillosa vía de escape.
Mi obra narrativa es ficción, pero se asienta en el cimiento de la propia vivencia. Hay, pues, mucho de mí, de mi camino personal, de mis inquietudes, de mis miedos, de mis ilusiones…
Espero que te hagan disfrutar y, tal vez, reflexionar. Esa sería mi mayor satisfacción.